Hijo de una familia de la nobleza local. Se licenció y doctoró en leyes por la Universidad de València, y en 1568 fue nombrado procurador de miserables encarcelados, cargo que ejerció a lo largo de doce años. Felipe II lo designó fiscal del Consejo del Reino de València, más tarde juez de Corte y, finalmente, oidor civil de la real Audiencia de València. El rey Felipe III lo ascendió a regente del Consejo Supremo de Aragón. Publicó las siguientes obras de temática política y jurista: Visita de la cárcel y de los presos (Valencia: Pedro de Huete, 1574), Verdadero gobierno de la Monarquía, tomado por su propio sugeto la conservación de la paz (1581), Veriloquium en reglas de Estado (1604), Repartimiento sumario de la jurisdicción de S.M. en el reino de Valencia (1611) y Discurso en razón de abreviar pleitos (1613). Su obra más importante es, sin duda, Visita de la cárcel y de los presos —obra que dedicó a Felipe II, monarca que lo honró y quiso mucho—, primer libro que se conoce dedicado exclusivamente a este tema. En él criticó las duras condiciones existentes en los establecimientos penitenciarios, los malos tratos de los cuales eran objeto los encarcelados, reglas para edificar cárceles, la defensa gratuita en favor de los acusados pobres y las condiciones que debían tener los alcaldes. Se trata, así pues, de un moderno concepto del preso: hay que reinsertarlo y no sólo condenarlo. Un auténtico tratado moderno de ciencia penitenciaria. En 1593 ingresó en la Academia de los Nocturnos (sociedad literaria valenciana). Sus obras poéticas se encuentran en las Actas de la Academia de los Nocturnos (1591-1594), alguna de ellas publicadas en el Cancionero de los Nocturnos (1905-1906).