SARTHOU CARRERES, Carlos (1876-1971)

Nació en Vila-real en 1876. Finalizado el bachillerato, realizó la licenciatura de Derecho en València (1901) y se doctoró en Madrid en 1904. Allí contrajo matrimonio con Lidia Vila. Inició su actividad profesional como secretario judicial en Vila-real, pasando después a Borriana y, en 1920, a Xàtiva. Su inquietud cultural comenzó a manifestarse el año 1909 con diversas publicaciones sobre Castelló, que motivaron su participación en la elaboración de la monumental Geografía del Reino de Valencia (1913). Ese mismo año fue nombrado miembro de la Real Academia de la Historia. Trasladado a Xàtiva fue nombrado archivero municipal (1920). En 1922 publicó su primera obra sobre nuestra ciudad: El alcázar setabense. Ese mismo año publicaba otras nueve, lo que demostró su capacidad de trabajo y el entusiasmo con el que acometió el deseo de dar a conocer los tesoros artísticos y la historia de la antigua Saetabis. De su producción —más de un centenar entre libros y folletos— destacamos: Guía oficial ilustrada de Játiva (1925); Datos para la historia de Játiva (1933-1940), obra de la historiografía local aún de obligada consulta; Castillos de España (1932), Catedrales de España (1946) y Jardines de España (1948-1949), en las que fue pionero de la fotografía documental; Juan José de Ribera y su patria (1947), y El castillo de Játiva y sus históricos prisioneros (1946). Colaboró en más de sesenta publicaciones periódicas españolas y extranjeras. Entre los numerosos cargos y títulos que se le dieron subrayamos: hijo adoptivo de la Ciudad (1925), director del Museo Municipal (1940), cronista de la Ciudad (1940), miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos (1953), apoderado del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (1953), miembro de la Institución Alfonso el Magnánimo (1956), de la Hispanic Society de Nueva Cork (1961), medalla al mérito turístico (1966), etc. Todo lo que hemos dicho es importante, pero no es nada para la ciudad si lo comparamos al trabajo que realizó durante los años de la guerra civil, en que con riesgo de su vida consiguió salvar de la destrucción hecha por la barbarie revolucionaria el Archivo Municipal y el de la Colegiata, así como numerosas obras de arte religioso, que escondió en la ermita de San Félix y en el Museo Municipal, que estuvo intacto. Es difícil encontrar a un hombre que, no habiendo nacido en Xàtiva, la quisiera tanto. Atacado de amnesia y cuidado por su hija, Lidia Sarthou, anterior directora de la Biblioteca Municipal (1947-1984), murió en 1971, a los 94 años. La ciudad le rindió homenaje en su último viaje y le dedicó uno de las calles más céntricas, pero su nombre debe estar impreso en el corazón de todos los setabenses como una de las personas que más ha cuidado y dado a conocer la historia y el patrimonio de nuestra ciudad.

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