Nació el 12 de junio de 1911. Estudió el bachillerato en nuestra ciudad, y obtuvo posteriormente la licenciatura en Filosofía y Letras, Derecho y Ciencias Políticas y Económicas. Son numerosos los méritos y cargos que consiguió a lo largo de su vida. La enumeración de algunos de ellos permitirá aproximarnos a valorar la importancia de su talla intelectual: catedrático de Derecho Político y Teoría de la Societad, en la Universidad Complutense (1946-1949); director del Colegio de España de la Universidad de París (1949-1954); catedrático de Historia del Pensamiento Político y Social de España, en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid (1955); catedrático asociado de la Universidad de la Sorbona (1969-1971); profesor de la Universidad de Minnesota (1978-1981); miembro, desde 1963, de la Real Academia de la Historia; presidente de la Asociación Española de Ciencias Históricas (1969-1974); miembro de gran cantitad de organizaciones y colaborador de innumerables revistas nacionales e internacionales (Hispanic Society of America, Hispanic Review, Bulletin Hispanique, Cuadernos Hispanoamericanos, Revista de Occidente, Revista de Estudios Políticos…); participante en numerosos cursos, congresos y conferencias de todo el mundo, y doctor honoris causa de las universidades de Tolosa y Burdeos. Es, así mismo, autor de casi una treintena de libros y dos centenares de artículos especializados en temas medievales y aspectos del pensamiento de los siglos XVI al XX, destacando de manera especial: El concepto de España en la Edad Media (1954), Velázquez y el espíritu de la modernidad (1960), Las Comunidades de Castilla, una primera revolución moderna (1963), El mundo social de La Celestina (1964), Antiguos y modernos (1966), Estado moderno y metalidad social (1972), La cultura del Barroco (1975), Utopía y contrautopía en “El Quijote” (1976), La literatura picaresca desde la historia social (1986), etc. La importancia de José Antonio Maravall es tal que el historiador Miguel Batllori lo consideró –por su aportación a la historia del pensamiento– como uno de los dos grandes innovadores, en el siglo XX, de la historia general de España, junto a Jaime Vicens Vives, opinión compartida por historiadores de la categoría de John Elliott. Su interés por la historia no fue un mero deseo de erudición, sino de un interés vivo por conocer y comprender el mundo a través de la investigación objectiva, pero apasionada. Toda la vida profesional de Maravall transcurrió fuera de Valencia, pero su pertenencia a su país de origen y a su ciudad natal no fue un simple hecho anecdótico, sino, com el mismo dijo, una “experiencia vital”, “elemento de destino” que conformó su personalidad. El amor a su tierra siempre estuvo presente en él. Así, en 1985, poco antes de morir manifestó una de las más bellas frases nunca dichas sobre nuestra ciudad: “Vivir en Xàtiva era revivir el mito del centro del mundo”. Ese mismo año remitió a nuestra Biblioteca Municipal diversos libros suyos en su deseo de que se guardara en ella memoria de su obra historiográfica. Xàtiva recuerda y honra la memoria de este humanista moderno —de trato amable y cortés, e incansable activitad investigadora y docente— en la calle Académico Maravall, que discurre entre la Bajada del Carmen y Gonzalo Viñes. (Fotografia de Manuel Escalera, El País, 13/12/2006)