Ibn ‘At al-Satibí, Abu ‘Umar (1148-1212). Las fuentes bibliográficas nos dan a conocer una extensa lista de maestros con los que aprendió, prueba de la dedicación y talla intelectual de Ibn ‘At. Estudió, entre otros, con su padre, Abu Muhammad ibn ‘At, alfaquí, cadí y miembro del consejo consultivo de la ciudad, y con Abu Bakr ibn Mugawir (1108-1191), tradicionista y experto en literatura, lengua y poesía árabes. Emprendió viaje a Oriente (Alejandría, La Meca, Damasco, Mosul) para cumplir con el precepto coránico de peregrinación, y, junto con el deber religioso, aprender de los sabios orientales, ampliando así sus conocimientos. Su sabiduría lo convirtió en una persona respetada y venerada, y así lo reflejan las fuentes documentales de la época al decir que era el orgullo de la ciudad de Xàtiva. Numerosos fueron sus discípulos. Sus biógrafos hablan de él como uno de los tradicionistas más importantes en la transmisión de hadices, memorizador, conocedor de las bellas artes y estimado por los emires almohades, que le tuvieron gran consideración y escucharon siempre su consejo. Sus estudiosos son unánimes en destacar de él su extraordinaria capacidad memorística y ser pieza fundamental del florecimiento del movimiento ascético en la Xàtiva del siglo XII. Su vida —presidida por la honradez, altruismo, extrema piedad y austeridad— culminó con su participación en la batalla de Las Navas de Tolosa, convirtiéndose en mártir al morir luchando contra los reinos cristianos el 16 de julio de 1212 en esa célebre contienda, símbolo de la caída del poder almohade en al-Ándalus.