José Cirujeda nació en nuestra ciudad el 10 de febrero de 1844 y falleció en Mogente —en donde buscó reposo y alivio al final de su vida— el 20 de julio de 1912. Fue una persona muy ilustrada —igual que su hermano Emilio Cirujeda, abogado, bibliotecario y periodista— que en su labor sacerdotal se distinguió por su elocuencia y trato delicado y afable. Inició su carrera eclesiástica en la parroquia de los Santos Juanes de Xàtiva, tiempo en el que fue profesor del Colegio Setabense y del Instituto de enseñanza media. Posteriormente fue capellán de Reyes de la catedral de Toledo, canónigo de Ciudad Real, Murcia y Valencia, desempeñando en esta la presidencia del cabildo catedralicio durante veinticinco años. Fue un notable poeta, muy amante de su ciudad y fiel devoto de la Virgen de la Seo, a la que dedicó inspirados poemas publicados en el semanario religioso El Obrero Setabense. Xàtiva honra su memoria en una de sus calles (Canónigo Cirujeda), que enlaza Carlos Sarthou y Cerdán de Tallada, junto a la Estación de Autobuses.