Cursó estudios de Medicina en la Universidad de Valencia. Marchó a Madrid, donde ingresó en el Instituto Rubio y posteriormente realizó el doctorado. Fue discípulo de Ramón y Cajal, en cuyo laboratorio descubrió el microorganismo de la placenta previa. Por enfermedad de su padre —el doctor Vicente Blasco— y a petición suya, abandonó una prometedora carrera investigadora y regresó a Xàtiva, en donde asumió la numerosa clientela de su padre. Fue nombrado médico titular del segundo distrito de la ciudad y, más tarde, entre 1909 y 1919, director del hospital municipal, así como subdelegado de Medicina en el distrito, inspector municipal de Sanidad y médico auxiliar militar. A lo largo de ese tiempo ejerció una incansable y desinteresada labor, llegando a costear incluso material quirúrgico del hospital, que, bajo su dirección, se convirtió en uno de los mejores de la provincia. Falleció el 19 de abril de 1919, con tan solo 42 años, víctima de una infección vírica producida por contagio al cortarse con el bisturí con el que operó a un paciente. La manifestación de duelo en la ciudad fue absoluta, sobre todo por parte de la ciudadanía más pobre. Por sus méritos profesionales y humanos, el Ayuntamiento acordó dar el nombre de Doctor Blasco Soto a la calle situada entre la actual plaza de la Trinidad y la calle San Pedro, hoy denominada Ángel. En la actualidad, su nombre rotula una calle alejada del casco histórico en el que ejerció su labor, junto a la calle Gonzalo Viñes y otras también incomprensiblemente desplazadas: Blai Bellver y Poeta Chocomeli. En 1931, la viuda del doctor Francisco Blasco Soto (Adela Soldevila) donó al Hospital Municipal su magnífica biblioteca médica, una excelente colección integrada por 881 volúmenes. Parte de ella (221 v.) integra, desde 1985, una de las secciones especiales del Fondo Antiguo de la Biblioteca Municipal de Xàtiva. Y en alguno de esos libros pueden verse en su interior sus anotaciones, sus iniciales o su firma.